El cuento del viejo con bigote y el muchacho alegre

Hace muchos años había un hombre adulto, serio y con un gran bigote. Que se encontraba analizando como la radio no necesitaba de cables para transferir la voz humana, y pensó -¿Y si hago lo mismo con el teléfono, así la gente es más feliz?- Finalmente lo hizo y así nació la telefonía móvil. Esa que esta pegada a tu manito todo el día. 


Esa misma idea también nació en muchos otros hombres del mundo al mismo tiempo. Algunos se aliaron, otros lo hicieron solos, algunos se afeitaron el bigote y otros se lo dejaron. Pero en fin, la cosa es que, estos señores, claro está, con el único fin de que la gente sea más feliz, llevaron los telefonitos sin cables a todo el mundo. Esto hizo que con el tiempo ya no les entrará más el dinero que ganaban en sus bolsillos y se compraron billeteras más grandes. Pero tampoco les entró. Entonces compraron bolsos y cajas fuertes, pero tampoco les entró allí. Así que decidieron comprar muchas cajas fuertes, muy muy grandes, de sus amigos los banqueros, que con gusto se las cuidaron, obvio, para que todos seamos más felices. Al cabo de unos pocos años, estos señores, con y sin bigote, se olvidaron de que todo era “para que el mundo sea más feliz” y uno quiso guardar más dinero que el otro, así que comenzaron a competir entre ellos y también a subir los precios. En medio de su lucha, se olvidaron de mejorar el servicio... se olvidaron de comprar nuevas antenas... se olvidaron de que luego de veinte años, había un poquito más de personas con telefonitos sin cable… y las antenas quedaron muy viejitas. Ellos se olvidaron, porque estaban pensando, con gran preocupación, cómo harían para que les quepan sus billetes en las cajas fuertes. Así que todo comenzó a ser más difícil para nosotros, los que tenemos pegado el telefonito sin cable en la mano todo el día.

Pero pasaron los años, y un buen día, un muchacho joven, sin bigote y muy muy alegre, se dio cuenta que su teléfono sin cable era muy caro, y quiso relacionarse con sus amigos, y ver sus fotos por internet (que era lo único que tenía, una computadora con internet pagado por la universidad). En eso, se le ocurrió una idea brillante, con la que nació la página de internet “cara libro” esa que está pegadita a nuestro ojos todos los días (en inglés “face book”).

Un poco tiempo después, otros dos jovencitos sin trabajo, luego de ser rechazados en la empresa del muchacho alegre de “cara libro”, pensaron como hacer para comunicarse sin pagar. Entonces uno le dijo al otro con mucho entusiasmo -¿Y si hacemos algo para comunicarnos por nuestros telefonitos sin cable, pero con internet, que lo paga la universidad?-- ¡Dale, si! -- dijo el otro. Así nació un programa para comunicarse por telefonitos sin cable, pero por internet, llamado “¿Qué pasa?” (en ingles “What's Up” o "WhatsApp"). Esta aplicación que hizo que muchos que estaban enojados con los precios de los viejos con y sin bigote, les ahorrará mucho dinero, entonces creció... y creció mucho... mucho, la gente comenzó a usarla cada vez más y más.

Al ver el muchacho alegre de “cara libro” que crecía mucho “¿Que pasa?” lo invitó a tomar un café (porque el es muy muy sociable, y le gusta hacer muchos amigos, por eso tiene una red social con más de mil millones de amiguitos). Así que charlaron y charlaron como dos horas aquel día, pero no hicieron ninguna alianza comercial, solo se hicieron amigos.

En los próximos dos años, el de “cara libro” fue a visitar muchas veces al de “¿Que pasa?”, y lo invito a fiestas… a cumpleaños… a reuniones… a pasear por la plaza… etc. Porque es muy amiguero el loquito. Al final un buen día le dijo:

-quiero que vengas a trabajar para mi.
-Pero... ya tengo trabajo, cuando yo no tenía trabajo en tu “cara libro” no me dieron, ahora no lo necesito-. Dijo consternado el de “¿Que pasa?”.
-Bueno, pero vos sabes que hay trabajos y trabajos, venite a trabajar para mi y yo te doy diecinueve mil millones de dólares ¿dale? - le replicó intentando ser persuasivo.
-Heeeeeeee…. - Alcanzó a decir el otro muchachito y cayó de nuca al piso y gracias a Dios no se mató. Se levantó, y creyó que había sido un sueño, pero vio la cara del de “cara libro” delante de sus ojos y cayó de nuevo. Cuando se recuperó, unos días después, el de "cara libro" lo fue a visitar al hospital, donde estaba recuperandose el de "¿Que pasa?" y por fin le confirmó, que sí trabajaría para Él. Se lo dijo con una amplia sonrisa en su rostro, aunque un poco dolorida la cabeza.

Así nació una gran amistad entre ellos desde entonces. Y ahora trabajan juntos y muy felices.

La fiesta comenzó a tener un color gris para los viejos de bigote del telefonito sin cable, porque pensaron, -ahora hay wii fii por todos lados y la gente tiene telefonitos con internet wii-fii, y se pueden conectar en cualquier lado y hablar gratis desde “cara libro” o “¿Que pasa?” (va, ahora es casi lo mismo).

En este momento los señores serios, están caminando de un lado a otro, comiendo mucho, arrancándose algunos pelos del los bigotes y escupiendo mucha saliva con mucho gusto a tabaco, de tantos puros que se están fumando, pensando como hacer para hacer feliz a la gente otra vez. Pero que sean ellos y no otros los que nos hagan felices.

Pobrecitos los hombrecitos serios con y sin bigote. Soberbio titanic. Además, ahora la fiestita la están haciendo los muchachitos de “¿Que pasa?” que son unos cincuenta amigos. Y colorín colorado (por ahora) este cuento se ha terminado.

Esteban

Este fue un breve tramo de la historia de cómo los humanos necesitamos comunicarnos. Y cómo la codicia nos lleva a recorrer caminos estúpidos.

Para ver la nota ficticia que publican los medios clic aquí:

http://next.clarin.com/?dzs_portfolio=comunicacion-gratis-la-apuesta-de-facebook-al-comprar-whatsapp

WathsApp tiene 50 empleados y fue fundada por dos programadores sin trabajo, también fueron rechazados para trabajar en facebook y twitter. Ver Más:

http://www.elmundo.es/tecnologia/2014/02/24/530b3a55e2704e5c298b4572.html

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